lunes, 1 de junio de 2009

4 .EL ROL DOCENTE SEGÚN HENRY GIROUX

4. 1. Presentación


Esta reflexión está basada en el artículo de Henry Giroux “Los profesores como intelectuales transformativos”(1) que analiza la situación de los profesores y el lugar que ocupan en el ámbito de las reformas educativas que se han puesto en marcha para mejorar la “calidad de la educación”, además de exponer una serie de interpretaciones, respecto del origen y desarrollo del rol de los “profesionales” de la educación en la actualidad, y soluciones respecto de los problemas que visualiza en esta peculiar realidad.

Si bien, el contexto al que dirigió primeramente su análisis no fue ciertamente el chileno, las ideas allí planteadas pueden ser perfectamente aplicables a la presente vivencia nacional, sino totalmente por lo menos en gran medida (¿no es nuestra reforma educativa, en alguna medida, copia de otros intentos reformistas foráneos?), y esto debido a que las críticas planteadas en el trabajo de Giroux corresponden a una realidad que en Chile también es palpable: la difusa calificación del profesor en profesional, técnico u obrero.


4.2 Planteamiento del autor


4.2.1..- La motivación y marco del trabajo:


En el texto está mencionado claramente el fin buscado por el autor al realizar el artículo, cual es: El mejorar la calidad del “trabajo del profesor” (fin que a primera vista resulta obvio y fácil pero ante el peso de la realidad y un análisis más profundo resulta casi utópico). Para desarrollar su contribución presenta la realidad de la labor docente dentro de un marco de reforma (s) educativa(s) que plantea amenazas y desafíos para el profesor actual.

Estas reformas, según el autor, plantean amenazas tales como la existencia de profesores, y por ende, alumnos que podrían ser calificados como sujetos no críticos de la realidad que los rodea a consecuencia de no considerar al profesor como un líder con habilidades transformativas en las escuelas. De este punto emana la segunda amenaza: La no-consideración de las habilidades intelectuales y experienciales de los docentes para aportar a la generación de las políticas educativas(2). Como consecuencia de lo anterior germina la tercera amenaza: La calificación de los profesores en meros técnicos ejecutadores de las políticas y directrices creadas en instancias, muchas veces, desapegadas de su experiencia actual.

Ante las problemáticas presentadas, Giroux suma los desafíos que surgen y debe enfrentar el docente. Primero existe la necesidad de entablar un debate público respecto del rol del profesor en la reforma educativa, luego plantea la necesidad de que los docentes realicen una seria autocrítica a “la naturaleza y finalidad de la preparación del profesorado” y por último, pero no menos importante, propone el desarrollo de una elaboración teórica que redefina los principales aspectos de la crisis educativa.

De esta forma Henry Giroux nos presenta un marco dentro del cual señala las causas de la crisis de identidad y definición del rol de los profesores dentro del proceso educativo. Por último presenta una solución a seguir para lograr establecer y reconocer los calificativos de “intelectuales transformadores y profesionales” en los docentes.


4.2.2.- Causas de la crisis del rol docente.


El problema presentado anteriormente tendría su raíz en la existencia de un ánimo de enfatizar los “factores instrumentales de la vida escolar” basado en “separar la concepción de la ejecución”, o sea, por un lado establecer desde reductos teóricos, muchas veces desconocidos en su momento, directrices, estándares, a seguir y respetar, en los ámbitos curricular, gestión, etc. Y por otro, tener mano de obra ejecutora, sin poder de decisión y participación efectiva, crítica e intelectual en la elaboración de aquellas directrices y estándares, representada por los profesores.

Estos principios conductivistas tendrían su germen en la formación misma de los profesores donde la idea de reflexionar sobre la naturaleza de los principios teóricos de la política o práctica educativa se reduce a cero en contraste con la masificación y cristalización de la idea de aprender como enseñar, “con qué libros hacerlo” y otras que niegan, ocultan e impiden el surgimiento de un pensamiento crítico que se traduzca en participación efectiva de los profesores en las instancias teóricas y de formulación de propuestas sobre la práctica educativa.

De esta manera nos encontramos con material curricular confeccionado con nula participación de profesores de aula, que son prácticamente plantillas que deben ajustarse a cada realidad como muy bien expresa Giroux “a prueba del profesor” el que sólo debe convertirse en quién lo implementa. El planteamiento conductivista aquí subyacente, se traduce en la idea de un marco rígido de acción y pensamiento del profesorado aplicable a todo evento, en este caso diríamos “a toda realidad o escuela”.

Por último nuestro autor señala que todas estas dificultades han llevado y seguirán llevando a nuestra labor y al proceso educativo y formativo de los alumnos a ser definido claramente como rutina.


4.2.3.- El camino a seguir.


Henry Giroux nos plantea la importancia de la mente en toda actividad humana, por ello la calidad de ser meros implementadores de las políticas educativas va en contra de lo que un profesional (de la “educación”) debe realizar y del porcentaje importante que debe tener el uso de su mente en ello por parte de los profesores.

Con respecto a lo planteado anteriormente, las escuelas no tienen una realidad en común en su totalidad, por lo tanto cada una tiene su contexto individual y como tal deben ser vistas. “No son lugares neutros”, los profesores, por ello, deben contemplarse desde su posición en la sociedad, en su contexto personal, laboral y de sus alumnos. Si queremos alumnos críticos, debemos ser profesores críticos.

El autor nos plantea la necesidad de que la pedagogía se haga más política y la política más pedagógica. Lo primero se refiere, básicamente, a la necesidad de la educación de ser más crítica con la realidad en que viven los alumnos y que estos tomen conciencia de los problemas políticos y socioeconómicos que se viven en la actualidad, hay que hacer más humanitaria la educación. Lo segundo se refiere a los canales de expresión que hay que dar a los alumnos, de materialización, voz y voto de ellos respecto de los aprendizajes logrados en comunión, organización, su particularidad dentro de su contexto histórico, social, etc.

En fin, como intelectuales transformativos, debemos ser participativos y críticos del momento que estamos viviendo, debemos sentirnos parte de la misión educadora desde la formación misma de su teoría, debemos tomar parte en todas las decisiones curriculares, económicas, de calidad laboral, de gestión, de política educativa, etc., con un discurso articulado y sólido. Sólo con dichas condiciones podremos sentirnos parte integrante y vital (papel que nos corresponde) del pilar educativo del país.


1. Henry Giroux: Los profesores como intelectuales transformativos, 1997. Pp. 60-66. Enhttp://www.colegiodeprofesores.cl/docencia/pdf/15web/Profesion%20Docente-15/Henry%20A.%20Giroux-15pdf.

2. M. Apple respecto de la calidad de los docentes señala: "Tanto si lo aceptamos como si no, los educadores están en disposición de ser llamados "intelectuales" ". En Michael Apple: Educación... op. cit. p. 31

1 comentario:

  1. muy bueno! muchas gracias. Giroux un genio y espero que se implemente todo esto.

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